lunes, 12 de octubre de 2009

Libros acerca de El Camino de Santiago

Este pasado verano, leí tres libros acerca de El Camino de Santiago, ese "trek de los treks", que algunos tenemos anotado en nuestra libreta de viajes pendientes de hacer.


-El primero (y el que más me ha gustado) es el libro titulado "Bueno, me largo" escrito por el alemán Hape Kerkeling, y del cual, tras el gran éxito obtenido en Alemania (éxito que a su vez, ha popularizado enormemente El Camino entre los alemanes), la editorial SUMA ha publicado en 2009 la versión en español.

Me ha parecido un libro honesto, con momentos muy divertidos, en cuanto a lo que implica peregrinar hasta Santiago de Compostela, y que no todo lo que hay en El Camino, es una maravilla, especialmente el alojamiento en los albergues.
Acertados también me han parecido sus comentarios (de los cuales he tomado buena nota) acerca de los polígonos industriales que rodean varias de las ciudades de El Camino, y que los peregrinos tienen, o penosamente que sortear, o salvarlos en autobús o taxi, tal y como hace Hape.

También anoté sus ideas acerca de alojarse en hotelitos, pensiones y casas rurales, permanecer más de un día en aquellos sitios que sean de tu agrado (sin la restricción, por tanto, de los albergues, que obligatoriamente se han de abandonar a las 8 de la mañana, para dejar sitios a otros peregrinos), así como de las pequeñas trampitas ("picaresca" del peregrino, podríamos llamarle), para saltarse las zonas de los polígonos industriales de las grandes ciudades, el día en que, finalmente, me decida a hacer El Camino.


-El segundo libro (y el que menos me ha gustado) es el titulado "El peregrino de Compostela (diario de un mago)" escrito por el brasileño Paulo Coelho, y del que poco tengo que decir, pues me ha parecido un libro aburrido, malo hasta decir basta, estupido y pretencioso.
¡¡Uuufff!! ¡Que bodrio de libro!

Por si acaso alguien se está preguntando que cómo es que lo compré y leí, le diré que lo adquirí (por 8 Euros -edición de bolsillo-) en una librería de aeropuerto, momentos antes de embarcarme en un vuelo hacia África, y con la intención de distraerme durante el mismo.
Aunque fue rápido darme cuenta del bodrio que había adquirido, no lo fue tanto como para no estar ya dentro del avión, sobrevolando Europa a 11.000 metros de altura y en dirección sureste, y como no era cosa de pedirle al capitán que diese media vuelta, para volver nuevamente a la librería del aeropuerto, a exigir que me devolviesen el dinero, así que lo único entretenido que pude hacer con él, fue añadir en sus márgenes y páginas, comentarios y dibujos jocosos, para que el día, en que termine en manos de algún lector, advertirle de qué clase de libro es el que ha terminado llegando hasta él.

-Y el tercero, es el libro titulado "El secreto del peregrino" , de Peter Harris (9.95 Euros, en edición de bolsillo), que me lo compré justo al volver de África, y para desquitarme del anterior libro (el de Paulo Coelho), que tan poco me había gustado.
La historia nos cuenta, en forma novelada, la leyenda del alquimista parisino, Nicolás Flamel, que a la búsqueda del secreto de la piedra filosofal, recorre el camino, desde París hasta Santiago, y vuelta, consiguiendo en él, descubrir dicho secreto.
Tampoco es que la novela fuese una obra maestra, pero me pareció entretenida y "leíble", y bastante mejor que El Peregrino de Compostela.

Pues bien, con estos tres, ya serían cinco, los libros que llevo leídos, acerca de El Camino, ya que hace años leí "El Peregrino", del escritor leonés, Jesús Torbado, y "El Camino de Santiago", de Alejo Carpentier.
Recuerdo, del de Jesús Torbado, que me gustó mucho, ya que estaba fantásticamente bien escrito, y aportaba una visión realista, de lo que era peregrinar en la Edad Media.

En cuanto al de Alejo Carpentier, diré que, aunque no sirva como guía para llegar a Santiago, sí que es un buen incentivo para hacer el viaje, ya que es poesía pura, y tal que así comienza: Con dos tambores andaba Juan a lo largo del Escalda —el suyo, terciado en la cadera izquierda; al hombro el ganado a las cartas—, cuando le llamó la atención una nave.


¡¡ Ultreia !!