domingo, 3 de abril de 2011

Viajes de Salón: El Camino (Francés) en motocicleta

"Si no somos insignificantes, si lo que nos caracteriza es la libertad y lo que nos condena es la necesidad, la verdadera locura consiste en dejar de cabalgar y echarse a morir".

Y puede que fuera que recordaba esa frase de Fernando Savater, dicha acerca del ingenioso caballero andante, Don Quijote de la Mancha, o puede que fuese que hace tiempo leí los libros de Peter Moore, Vroom with a view y Vroom by the sea, en los que el protagonista, nos cuenta sus aventuras, viajando por Italia en una Vespa, y quisiera copiar sus ideas, pero lo cierto es que desde hace tiempo, y en el salón de mi casa (que de ahí el título de esta entrada en el blog), llevo dándole vueltas a la idea, de qué posibles viajes podría hacer con mi Yamaha SR - 250 Classic (una motocicleta clásica, y nunca mejor dicho, pues la tengo desde hace 20 años).



Y así, un buen día, comencé mis cábalas y planes, para hacer, en esa moto, el "Camino Francés", es decir, viajar desde Roncesvalles hasta Santiago de Compostela, en la motocicleta de 250 cc y 20 CV de potencia, que tengo desde hace unos cuantos años, la mayor parte del tiempo metida en el garaje, pues salvo en fines de semana, casi no la utilizo.


De gran ayuda para preparar mis planes, ha sido la información encontrada en Internet, y destaco en primer lugar, Los 25 consejos para hacer viajes en moto (imprescindible su lectura, cuando se planea hacer un viaje largo, de varios días de duración), y en segundo lugar, el Blog Moto Reina (amigos de la moto clásica), donde ellos cuentan cómo, en mayo del 2010, hicieron el Camino, en sus motocicletas. Tras leer (y escuchar en sus podcasts) las aventuras de los componentes de la asociación Moto Reina, llegué a la conclusión de que el viaje que yo preparaba, se parecería mucho más a los del escritor australiano Peter Moore, que a los de la asociación Moto Reina, pues el mío sería un viaje en solitario, y sin furgoneta de apoyo logístico.

Y, además de eso, mi viaje por El Camino, tendría estas premisas ineludibles:

1) Se trataría de un viaje tranquilo, para disfrutar del placer del equilibrio dinámicodel paisaje y del paisanaje, de los pueblos, de la gastronomía, etc, en una motocicleta "clásica", y sin carenado, cuya velocidad máxima, a duras penas supera los 80 Km/h, así que en los desplazamientos habría que evitar las vías rápidas (autopistas, autovías, principales carreteras nacionales), y optar por carreteras secundarias, aunque sea desviándose ligeramente de El Camino Francés, en el sentido más habitual del mismo (y así por ejemplo, el recorrido desde Santo Domigo de la Calzada hasta Burgos, lo haría yendo a través de la tranquila y hermosa zona de Las Viniegras).

2) No haría más de tres o cuatro horas diarias de moto (es decir, no más de unos 180 ó 200 Km diarios), pues mis normas a seguir en este viaje, serían:  "de madrugar... nada", "donde hay un bonito paisaje...hay una bonita fotografía", "no hay pueblo sin bar/restaurante, y nuestra gastronomía es de las mejores del mundo entero", "El Camino es cultura, y asimilarla requiere su tiempo".

3) Cada noche me alojaría en algún hotelito económico o pensión, de la ciudad elegida como meta de la jornada (en los albergues de El Camino, no suelen aceptar a viajeros que van en moto o coche). O sea, nada de dormir en saco de dormir dentro de una tienda de campaña. Por las noches hay que descansar (ya que varias horas en una moto sin carenado, cansan), y para ello, nada como una cama. Además así, me evitaría tener que cargar con la tienda, el saco, la esterilla, etc.

4) En el viaje de ida, y en las ciudades de Burgos y León, cuando ya el cansancio del viaje comenzase a hacerse notar, haría una pausa en El Camino, y pernoctaría un par de noches en cada una de ellas, para reponer fuerzas, lavar la ropa, y disfrutar con calma de la ciudad y de sus calles de tapas (mi zonas favoritas para el tapeo son, en Burgos las calles comprendidas entre la catedral y la casa Cordón, y en León, su famoso Barrio Húmedo).

5) En cuanto al viaje de vuelta, obviamente también a lomos de mi motocicleta, tal y como el de ida a Santiago (y del que hablaré otro día y en otro post), y de igual manera que en el de ida descansaría en Burgos y León, en mi Camino de Vuelta, pasaría por Logroño, donde también descansaría un par de días, y disfrutaría de los pinchos y vinos de su famosísimas calle Laurel, y calle San Juan, y le pondría al viaje un gran colofón, en la que sería la última gran ciudad de El Camino Francés por la que pasaría de vuelta a casa (en algún lugar de la ribera del Ebro).


Pues bien, utilizando el planificador de jornadas que hay en la WEB de Godesalco.com, y el "Cómo llegar" de Google Maps, he preparado a esta propuesta.



Y de esta manera, si los planes no me fallan, en unas tres semanas, o cuatro a lo sumo, podría hacer El Camino desde Roncesvalles hasta Santiago de Compostela, y la vuelta a casa.
(el link anterior lleva al mapa del recorrido exacto de ida, que he preparado en Google Maps)

¡Quien sabe! ... ¡Igual este próximo més de septiembre ...!


Postdatas:
 
  • Tiempo después de publicar este post, he localizado el Blog de Arraulado, en el que hay un post que nos cuenta su Camino de Santiago, en una motocicleta  Suzuki GSR.  Aunque su viaje de ida y vuelta, por razones obvias de motocicleta, es muchísimo más breve que el mío (excesivamente breve para mi gusto. Él emplea 3 días y yo 10), me ha gustado mucho su detallado relato, las fotografías con las que lo acompaña, y sus reflexiones de motero que hace el camino en solitario (como por ejemplo, cuando sentado en una mesa de un bar de Portomarín, pone "la antena" para escuchar al resto de clientes, todos ellos caminantes o ciclistas que hacen El Camino, y se da cuenta de que todos ellos estan unidos por el viaje, pero él se siente excluido e invisible para todos. Y es que él, como viaja en moto, viaja acompañado únicamente por ésta y por sus pensamientos).