domingo, 25 de noviembre de 2018

Nueva manera de crear tus propios recorridos con Google Maps y subirlos como ficheros GPX al navegador GPS de tu Smartphone

El pasado verano Google cambió el criterio que tenía y que permitía que, una vez creados en Google Maps nuestros propios recorridos, pudiésemos exportarlos mediante un link que podía luego ser importado y procesado directamente en otras WEBs (como por ejemplo GPS Visualizer) para convertirlos a ficheros formato GPX, los cuales finalmente son los que se importan en nuestros navegadores GPS para ser utilizados por ellos.

Afortunadamente aún hay una manera gratuita de hacerlo, aunque resulta un poco más laboriosa que la anterior que expliqué en un post del 2015 (la cual ya no funciona por lo que decía del cambio efectuado por Google), y es la que explico a continuación:

 
1) Seguir estos pasos que indican en la WEB de GPS Visualizer



2) Una vez dispongamos del recorrido en Google Maps, seleccionamos el link que permite compartirlo con otros viajeros, y a partir de ahí, se siguen los mismos pasos que con el anterior sistema, es decir... 

3) Ir a la WEB   GPS Visualizer  (http://www.gpsvisualizer.com/) 

4) Una vez allí, seleccionar la opción Sandbox 

5) Estando ya en Sanbox, seleccionar (arriba a la derecha de la pantalla) la opción Import a URL, y mediante Ctrl-V,  "Pegamos" el link obtenido en Google Maps en la casilla URL de Sandbox, y damos al botón de IMPORT. 

6) Al hacer eso, nos aparecerá en la pantalla el recorrido que habíamos preparado en Google Maps, tras lo cual, pulsamos el botón de Save Data GPX (salvar los datos en fichero GPX) y descargamos el fichero GPX en el ordenador
7) Finalmente, y teniendo conectado el Smartphone al ordenador, para verlo como un disco duro externo, copiamos el fichero GPX obtenido mediante este proceso, en el directorio correspondiente de nuestro navegador GPS  (en mi caso, el navegador gratuito para Android OsmAnd)


Y eso es todo. Espero que el procedimiento os resulte de utilidad.

domingo, 26 de agosto de 2018

Isla de Creta: Hace 25 años que...

El pasado fin de semana recordé que hacía 25 años que fui de vacaciones a Grecia. Y esto lo recordé al leer en una de esas revistas que acompañan a los periódicos en fin de semana un artículo de Ymelda Navajo titulado El Libro que trastornó mi verano: Los mitos Griegos.

Pues bien, en julio de 1993 (por entonces aún no había descubierto el placer de viajar en septiembre), es decir dos años antes que la Sra. Navajo, fui dos semanas y media de vacaciones a ese país.
Los tres primeros días los pasé en Atenas, y las dos semanas siguientes en la isla de Creta, llevando en la maleta los libros de Los Mitos Griegos del escritor Robert Graves (tal y como luego ella hizo en su viaje), una novela de misterio y romance de la autora británica Mary Stewart, titulada Las Hilanderas de la Luna cuya trama transcurre en la isla de Creta, y la Guía del Trotamundos (edición 1992-1993).


Atenas no me pareció una ciudad especialmente bonita (hay que decir que fue bombardeada durante la II Guerra Mundial y reconstruida posteriormente "estilo años 50"), pero en cualquier caso (y pese al calor agobiante que hacía) las visitas a la Acrópolis, al barrio de Plaka y a diversos museos estuvieron muy bien.

Y desde Atenas y en avión fui a la isla de Creta.
Tras aterrizar en Heraclión (capital de la isla de Creta), en el mismo aeropuerto recogí el coche de alquiler que tenía reservado, y marché por la autovía del norte de la isla hasta su extremo oriental, concretamente a la ciudad de Sitía, donde permanecí la primera semana haciendo excursiones por los alrededores.
Al cabo de una semana y nuevamente por la autovía que recorre el norte de la isla, fui a Chaniá, en el extremo occidental, y allí me alojé la segunda semana, dedicándome nuevamente a hacer excursiones por los alrededores.

Días que recuerdo de aquel viaje. Antes que nada he decir que es una gran verdad aquel antiguo slogan de promoción del turismo en Grecia: "Los dioses pudieron haber elegido cualquier lugar en el mundo, pero eligieron Grecia".
Y es que todos aquellos días estuvieron muy bien, pero los días que recuerdo especialmente fueron:

<>En Atenas el día que fui a visitar el maravilloso museo arquelógico, y tras eso a comer a un restaurante llamado Dafni, ubicado en el nº 65 de la calle Ioulianou, cerca de la parada de Metro Victoria, y que aquella Guía del Trotamundos de 1992-93 recomendaba como un auténtico restaurante griego y para los griegos (es decir, nada de restaurante para turistas).
¡Cuánta razón que tenían los de la Guía del Trotamundos! Deliciosa comida griega en un gran patio cubierto parcialmente por un emparrado.
Desgraciadamente ese restaurante ya no existe, y donde estaba hay en la actualidad un solar dedicado a aparcamiento de automóviles.

<>En Creta el día en que decidí hacer la excursión en coche desde Chaniá (donde estaba alojado) hasta Sougia.
Google Maps indica que el recorrido es de 60 Km. y que puede hacerse en una hora y media aproximadamente.
Pues bien, teniendo en cuenta que en 1993 ni Internet, ni Google, ni los GPS existían, y de hecho, ni se sospechaba aún que años más tarde terminarían existiendo, tengo anotado que fueron más de tres horas de coche, pues en innumerables ocasiones me perdí en aquellas carreteras mal asfaltadas (a tramos incluso sin asfaltar) y peor señalizadas ¡en Griego! del interior de la isla, cosa que dificultaba mucho localizar el pueblo o la aldea a la que había llegado, pues mi mapa de carreteras estaba en Inglés.
¡Uuff! ¡Que aventura la de aquel día conduciendo por aquellas carretera-caminos, atravesando pequeñas aldeas de casas con olivos, cabras y ancianos que descansaban a la sombra de emparrados y con los que trataba de entenderme mostrándoles en mi mapa la población de Sougia, para que me indicasen por dónde debía continuar el viaje!
Y cuando finalmente llegué hasta allí... ¡qué delicioso pescado a la brasa acompañado de un vino retsina blanco frío (para celebrar que había conseguido llegar) que tomé frente al mar, en un restaurante de la playa de Sougia!
(estos detalles los anoté en las últimas páginas de aquella guía del Trotamundos, la cual utilicé como diario de aquel viaje)


Alguna vez he pensado en volver a Creta, pero la experiencia me ha demostrado que no es buena idea volver a sitios en los que uno disfrutó cuando estuvo hace muchos años, sobre todo si aquel viaje fue antes de que se popularizasen los vuelos Low Cost, pues estos han hecho que ciertos destinos de vacaciones se masifiquen. Sirvan de ejemplo este par de libros de viajes:
  • Mil viajes a Ítaca  de Ana Capsir.  La autora nos cuenta sus viajes en velero por Grecia durante 25 años, y en sus relatos vemos lo que han cambiado ciertas islas, especialmente las más masificadas por el turismo.

  • Grecia Viaje de otoño de Xavier Moret.  El autor nos cuenta su recorrido por diversas zonas de Grecia en otoño, cuando ya la mayoría del turismo europeo ha vuelto a sus países de orígen, y los propietarios se preparan para cerrar sus negocios hasta la siguiente temporada estival.

domingo, 21 de enero de 2018

Viajando desde el sofá. Viajes en moto. Bibliografía

A raiz de leer el libro de Operación Impala, del cual hace meses escribí un post, me di cuenta de la cantidad de libros de viajes en moto que, a lo largo de los años, he ido leyendo.

Reconozco que comencé con el tema siguiendo las indicaciones de la profesora de la academia de Inglés en la que estudiaba hace unos 15 años, la cual nos recomendaba para practicar el idioma, leer novelas o libros de temas que nos interesasen, y de ahí que los primeros libros que leí fuesen en ese idioma, pero lo cierto es que me he ido acostumbrando a este tipo de lecturas de viajes, a las cuales yo denomino Viajes desde el sofá, y que con el tiempo, se han convertido, especialmente en invierno, en una de mis aficiones para las frías y/o lluviosas tardes de domingo.

En estos momentos, mi lista de libros ya leídos es la siguiente:

  1. Vroom with a View: In Search Of Italy's Dolce Vita On A '61 Vespa.  Autor: Peter Moore
    • El autor (Peter Moore), un británico, enamorado de la Dolce Vita italiana, decide recorrer en solitario la Italia continental, a lomos de una vieja Vespa de los años 60, y nos cuenta sus divertidas aventuras.
  2. Vroom by the Sea: The Sunny Parts of Italy on a Bright Orange Vespa.  Autor: Peter Moore
    • Nuevamente Peter Moore, visto el éxito alcanzado con su primer libro, y como sigue siendo un gran admirador de la forma italiana de entender la vida, decide en esta ocasión, recorrer, nuevamente en solitario, la legendaria isla Italiana de Sicilia, a lomos de una Vespa, un poco más moderna que la de la vez anterior (en esta ocasión, un modelo de los años 80, y de un brillante color naranja, y de ahí el título del libro).
  3. Kiwis Might Fly. Around New Zealand on two big wheels. Autora: Polly Evan
    • La autora del libro, decide embarcarse en la aventura de recorrer Nueva Zelanda en una motocicleta de gran cubicaje, para lo cual, y dado que nunca ha llevado una moto, tiene que sacarse en Reino Unido el carnet de conducir motocicletas. Y tras eso, se va a las antípodas a disfrutar de la aventura, recorriendo en solitario ese país, las cuales nos cuenta en este divertido libro.
  4. Desde el arcén. Aventura por África a bordo de una Mobylette.  Autor: Ignasi Florensa
    • El protagonista, durante tres meses, hace un viaje en una vieja Mobylette, cruzando España, Marruecos, Argelia, Niger, Burquina-Faso, Costa de Marfil, República de Guinea y Senegal (al llegar a Dakar, vende su entrañable "montura", y regresa a España). 
  5. Tuk Tuk to the road. Two girls, Three wheels.  Autora: Antonia Bolingbroke-Kent
  6. Operación Impala.  Autor: Manuel Maristany.
    • A este libro y a la aventura de los cinco componentes de esa aventura africana les dediqué un post en junio 2017
  7. Safari Salama. Tras los pasos de la Operación Impala. Autor: Luis Oromi
    • El protagonista, en solitario y a bordo de una motocicleta BMW, hace un recorrido similar al que siguieron los protagonistas de la Operación Impala. El libro es entretenido, pero la parte final del recorrido, por la restricción de tiempo del protagonista (necesita estar de vuelta en España en una fecha concreta), es un poco estresante, y es que viajar con prisas o restricciones de tiempo, no es lo más aconsejable.
  8. En 79 días. Vuelta al mundo en Vespa.  Autores: Santiago Guillén y Antonio Veciana
    • Los protagonistas hacen un recorrido similar al del Phileas Fogg -protagonista de la novela de Julio Verne: La vuelta al mundo en ochenta días -. El libro es entretenido, pero nuevamente les ocurre en la parte final del recorrido que por la restricción de tiempo que ellos mismos se han impuesto (mejorar la marca de Phileas Fogg) es un poco estresante, y es que como ya he dicho anteriormente, viajar con prisas o restricciones de tiempo no es lo más aconsejable.
  9. No le digas a mamá que me he ido a Mongolia en moto.  Autor: Ricardo Fité
    • En una vieja Yamaha SR250, el protagonista de la aventura cruza Europa y Asia para llegar hasta ese lejano país.
  10. Sweet Honey, Bitter Lemons. Travels in Sicily on a Vespa. Autor: Matthew Fort
    • El autor, crítico gastronómico en el Reino Unido, recorre la isla de Sicilia en Vespa, y nos describe sus paisajes y la maravillosa comida italiana (la cual recoge con detalle en unas recetas al final de los diversos capítulos del libro)

Y además, y en fase aún de lectura o pendientes de comenzarlos, estos otros, los cuales iré incorporando a mi lista de libros leídos según los vaya finalizando.
  1. Hacia el trono de los dioses.  Autor: Herbert Tichy
  2. A Short Ride in the Jungle: The Ho Chi Minh Trail by Motorcycle. Autora: Antonia Bolingbroke-Kent
  3. Land of the Dawn-Lit Mountains. Autora: Antonia Bolingbroke-Kent
  4. Lois on the loose.  Autora: Lois Pryce
  5. Eating Up Italy. Voyages on a Vespa. Autor: Matthew Fort
  6. Summer in the Islands: An Italian Odyssey. Autor: Matthew Fort