domingo, 20 de octubre de 2013

En bicicleta por Holanda

A veces, por razones diversas, hay que hacer unas vacaciones más cortas de lo habitual, y cuando eso ocurre creo que lo mejor es no irse demasiado lejos, para que en los desplazamientos de ida y vuelta no necesitemos mas que algunas pocas horas.
La última vez que esto me ocurrió, decidí ir a Holanda, durante una semana, y hacer excursiones en bicicleta, por la sensacional red de carriles-bici (fietspads) que tienen en aquel país.
Y es que Holanda es el país de los ciclistas y las bicicletas (las estadísticas dicen que hay más bicicletas que habitantes), sus ciudadanos están perfectamente concienciados respecto de este tipo de transporte, y todas las infraestructuras (calles, carreteras, señales de tráfico, semáforos, etc) están preparadas para ello.

Modalidad y ubicación geográfica, para una semana de cicloturismo en Holanda. Tras leer bastante información en Internet (incluyendo también las previsiones meteorológicas), y pensármelo durante días, opté finalmente, por la modalidad (por llamarla de alguna manera) de permanecer en una única ciudad, y en un único hotel, e ir haciendo desde allí, "excursiones circulares diarias" (es decir, con salida y llegada, cada día, en dicha ciudad), en lugar de tener que ir viajando, de una ciudad a la siguiente, cambiando con ello, también de hotel. Las razones para ello fueron:
  • La primera y fundamental, el clima, ya que si éste fuese adverso (y en septiembre, en Holanda, la lluvia es bastante probable), bien podría permanecer en la ciudad -haciendo turismo en ella-, y en el hotel, en lugar de tener que ir, obligatoriamente y bajo la lluvia, hasta la siguiente ciudad (y el siguiente hotel).
  • La segunda, la comodidad, en cuanto a no tener que estar cada día, o casi, haciendo y deshaciendo el equipaje.
Quienes piensen hacer algo parecido (digamos, por ejemplo, que una o dos semanas en bicicleta por Holanda), pero en temporada menos lluviosa, como sería la de julio o agosto, podrían replantearse esta elección de pernoctar en una única ciudad, y elegir hacer un "recorrido circular semanal", partiendo de una ciudad (como podría ser Amsterdam), e ir haciendo desplazamientos de una población a la siguiente, y terminar volviendo, al cabo de una o dos semanas, a la ciudad de origen.

En cualquier caso, y tratándose de septiembre, me decanté por la modalidad anteriormente dicha, y basándome de nuevo en la información de Internet acerca de las regiones de Holanda, sus paisajes, los medios de transporte hasta/desde ellas, y las posibilidades de alojamiento, restaurantes, etc., elegí la ciudad de Doetinchem (se pronuncia ˈdutɪnxəm ) próxima a la frontera con Alemania.

Y dentro de Doetinchem establecí mi cuartel general en el precioso hotel Villa Ruimzitch.


Desde el aeropuerto de Amsterdam hasta Doetinchem (en tren). Para llegar hasta esa ciudad (a unos 150 Km de Amsterdam), elegí el tren, ya que es la opción más cómoda y sencilla, pues en la planta baja del aeropuerto de Schiphol, hay una estación de tren.
Así que, tras recoger mi equipaje, fui directamente a comprar el billete (unos 20 Euros). Intenté primero, comprarlo en una de las máquinas automáticas expendedoras de billetes, pero, desgraciadamente, en Holanda, esas máquinas, únicamente aceptan el pago, o bien con monedas de Euro (los billetes de Euros no son aceptados por esas máquinas), o bien con tarjeta de crédito Mastercard. Como no llevaba tantas monedas sueltas, y tampoco soy usuario de Mastercard, tuve que comprar el billete de tren, en una de las ventanillas de atención al público, donde, allí sí, es posible realizar el pago, con todo tipo de tarjetas de crédito, o con billetes de Euro.
El viaje en tren desde Schiphol hasta Doetinchem, duró unas dos horas y media, y debido a unas obras que estaban haciéndose en diversos tramos de las vías, había que hacerlo en tres recorridos, con transbordos de  tren entre ellos.Y más concretamente: Primer trayecto, tren hasta Utrecht. Segundo trayecto, tren hasta Arnhem. Y tercer y último trayecto: tren hasta Doetinchem.

La bicicleta para las excursiones. Para el tipo de recorridos cicloturista que pensaba hacer, prácticamente cualquier bicicleta sirve, así que no tiene sentido traérsela desde casa, razón por la cual, la alquilé en destino. Había avisado por correo electrónico al hotel en el que me alojaría, de que deseaba alquilar una, y cuando llegué, ya la tenían preparada en su parking de bicicletas, por lo cual, tras dejar mi equipaje en la habitación, salí a dar una vuelta por el centro, tanto para ir conociendo esa bonita ciudad, como para irme acostumbrando a los carriles-bici (fietspads) holandeses.

Los preparativos de las excursiones en bicicleta. Para los días de estancia en aquella ciudad, llevaba preparadas una serie de "excursiones circulares" (con salida y llegada en Doetinchem), que había preparado, gracias a la WEB Nederland Fietsland, (que proporciona mucha información sobre el cicloturismo en Holanda), y, sobre todo, gracias a su utilísimo planificador de recorridos en bicicleta (por defecto, y como es obvio, el idioma de la WEB del planificador, es el Holandés, pero se puede cambiar al Inglés, seleccionándolo en la correspondiente casilla)
Dicho planificador, basándose en los puntos que le marquemos como orígen, pasos intermedios -estos puntos son opcionales-, y destino, calcula online el recorrido exacto que deberemos seguir, la distancia que haremos en él, el tiempo estimado que nos llevará realizarlo, y hasta las calorías que gastaremos, siempre circulando a través de los carriles-bici (y que cubren completamente todo el país).

Así mismo, y una vez que nos ha calculado el recorrido, permite que lo descarguemos en un mapa para imprimir (fichero formato PDF), y también permite que descarguemos dicho recorrido, en un fichero de formato GPX estándar, que luego podemos importar en nuestro navegador GPS, y llevar marcado en éste, dicho recorrido.
Recomiendo, por supuesto, llevar impresos los planos de los recorridos, pero además, llevar también instalados los recorridos (los ficheros GPX) en el navegador GPS, ya que en Holanda hay tal cantidad de carriles-bici por todos lados, tanto dentro como fuera de las ciudades, que es casi imposible no perderse varias veces si no contamos con la ayuda de un navegador.
(*Nota de Noviembre2018: También se pueden preparar estos recorridos y obtener el correspondiente fichero GPX, mediante el procedimiento descrito en el post: Cómo crear tus propios recorridos con Google Maps, y subirlos como ficheros GPX, seleccionando obviamente, la opción de desplazamiento en bicicleta)

Por mi parte, y con la ayuda del programa -gratuito- OsmAnd (Navegador GPS para dispositivos Android), y en el que también había instalado el mapa de Holanda -gratuito también-, y los citados ficheros GPX (copiados en la correspondiente carpeta del Smartphone), hice los diversos recorridos que previamente había planificado.
Excursión cicloturista Doetinchem-Zelhem-Hummelo-Doetinchem,
A modo de ejemplo de mis "excursiones circulares", y utilizando Google Maps, he preparado este mapa, en el que muestro el recorrido que seguí en ésta, que fue una auténtica delicia, y en la que hasta el tiempo atmosférico acompañó, con sol radiante durante todo el recorrido en bicicleta.
Los recorridos exactos que realmente hice en todas aquellas excursiones (los tracks), los grabé mediante YA Tracker (otro programa gratuito que llevo instalado en mi Smartphone Android).
(quienes se fijen con atención en el mapa adjunto, podrán ver que, en alguna ocasión, me despisté un poco de la ruta prevista, pero que, gracias al navegador GPS, volví "al buen camino")

:-)
La excursión la había dividido en tres tramos:
  • Doetinchem - Zelhem (track marcado en rojo en el mapa adjunto)
  • Zelhem - Hummelo (track verde)
  • Hummelo - Doetinchem (track azul)
Pues bien, aquel día, tras desayunar tranquila y magníficamente en el hotel, y pasar por el centro de la ciudad, para hacer unas gestiones, comencé la excursión propiamente dicha, a eso de las 10.30 de la mañana (que para eso estaba de vacaciones, y no era cosa de darse un madrugón).
Yendo con calma por los fantásticos y tranquilos fietspad (como estos dos que muestro en las fotografías adjuntas), disfrutando del paisaje y de la naturaleza, parando, una y otra vez, para hacer fotografías, y visitando las poblaciones de Zelhem y Hummelo, en las que, además, aproveché para reponer fuerzas, tomando unos magníficos "capuccinos", estaba de vuelta en Doetinchem, a eso de las 17.30.














Y como aquel era mi último día en Doetinchem (ya que al día siguiente tenía el vuelo de vuelta a España), y además era fin de semana, decidí poner el colofón a la semana ciclo-turista en Holanda, con una buena cena, en un restaurante italiano, de una de las hermosas calles peatonales del centro de la ciudad.
Ensalada caprese, pizza napolitana  y una botella de vino Chianti, fueron las guindas de aquel pastel.

Últimos comentarios:
  • Para la vuelta en tren, desde Doetinchem hasta el aeropuerto de Schiphol, no me quedó otro remedio que conseguir todas las monedas necesarias (unos 20 Euros) para comprar el billete, pues como dije al comienzo de este post, las máquinas expendedoras, únicamente aceptan, o monedas de Euro (pero no billetes), o tarjeta de crédito Mastercard (atención pues, usuarios de VISA, American Express, etc, que no podréis utilizar vuestras tarjetas para realizar esos pagos).
  • En las estaciones de tren de la mayoría de las poblaciones medianas y pequeñas, no hay oficina de atención al público (y venta de billetes), razón por la cual, forzosamente hay que realizar la compra en las máquinas expendedoras de la estación (las cuales funcionan, tal y como he indicado anteriormente). Resumiendo: Llevad una buena provisión de monedas sueltas de Euro, aquellos que, como yo, no seáis usuarios de Mastercard, y queráis utilizar el tren en Holanda.
  • En septiembre en Holanda, la temperatura es muy agradable (entre 15ºC y 20ºC), pero llueve más de lo que, desde aquí, se podría imaginar (las probabilidades de lluvia varían entre el 30% y el 50%), y, como dicen los juristas, a las pruebas me remito: Observad el cielo, amenazando nuevamente lluvia, una de las tardes en que, tras la excursión en bicicleta, volvía al Hotel Villa Ruimzitch.  Por tanto, y si vais a estar varios días en Holanda, y en esas fechas -mes de septiembre-, contad con que deberéis llevar un buen chubasquero, e incluso, no sería mala idea, meter también en la mochila de ciclista, unos pantalones de plástico para la lluvia, pues de lo contrario, terminaréis empapados.  

miércoles, 10 de julio de 2013

Apps de Smartphones para los viajeros

No me considero un experto en nuevas tecnologías, pero sí un usuario, que sabe sacar partido de ellas, cuando el precio me lo permite.
Pensando en los viajes, y ahora que comienzan a salir al mercado Smartphones (liberados) de última generación (dos cores, pantalla de alta definición, Gigabytes de memoria, etc), a precios razonables (menos de 150 Euros), he comprado uno, para reemplazar a mi viejo teléfono móvil, el cual, y durante bastantes años, me ha acompañado, por varios continentes.

Como sabréis, los Smartphones (teléfonos inteligentes) son, en realidad, pequeños ordenadores, la mayoría de los cuales, llevan el sistema operativo Android, desarrollado por Google, basado en Linux
Pues bien, para esos Smartphones Android, y además de las aplicaciones, utilidades y equipamiento que traen de fábrica (Teléfono -por supuesto-, GPS, WiFi, Cámara fotográfica/vídeo, navegador WEB, grabadora de Audio, reproductor de audio/vídeo, libreta para notas, calculadora, Google Maps, acceso directo a Gmail, etc) existen una serie de aplicaciones, todas ellas gratuitas, y que considero muy útiles para el viajero.

Éstas son las que he instalado en el mío:

  1. Aplicaciones de posicionamiento, orientación y navegación, basadas en GPS
    1. GeoRadar.  Utilidad para marcar/recordar ubicaciones concretas, y que puedas volver a ellas  (por ejemplo, para saber dónde exactamente has dejado aparcado el coche o la moto, o dónde está el hotel en que te alojas, etc)
    2. YA Tracker.  Utilidad que te permite grabar tus recorridos por la ciudad, treks por el campo,  caminatas diversas, etc., salvarlos en ficheros GPX ó CSV en el propio Smartphone, y/o subirlos a tu cuenta Docs Google, para visionarlos luego en Google Maps.
    3. mapFactor Navigator. Navegador "offline", "puerta a puerta", similar a los TomTom, Garmin, etc, que muchos utilizamos en nuestro automóvil, pero basado en mapas gratuitos.
    4. OsmAnd. Navegador "offline", "puerta a puerta", también basado en mapas gratuitos, muy útil para caminatas, treks, recorridos en bicicleta por la montaña, etc, ya que permite, además, utilizar (cargar y descargar) ficheros GPX (estándar de los GPS) con POIs, Tracks, etc.
  2. Aplicaciones de idiomas
    1. Traductor de Google. Traductor "offline" entre diversos idiomas. Llevo instalado los ficheros de los idiomas más utilizados en los viajes (Inglés, Francés y Español), pero hay muchos más.
    2. English Dictionary.  Diccionario "offline" de Inglés, que explica, en Inglés, el significado de las más de 50.000 palabras que contiene.
  3. Aplicaciones diversas
    1. TuneIn Radio. Utilidad que te permite escuchar emisoras de radio en Internet (lo cual es muy útil, cuando estando en un país lejano, quieres escuchar emisoras de tu país, o viceversa.).
    2. Algunos juegos clásicos (especialmente para las esperas en los aeropuertos, etc)
    3. Bloqueador de llamadas no deseadas. Utilidad que evita que te estén entrando llamadas indeseadas, basándose o en una Lista Negra (teléfonos específicos que no deseas que te llamen), o en una Lista Blanca (teléfonos concretos a los que permites que te llamen). Personalmente, y con lo pesados e insistentes que se han puesto ultimamente los Call Centers de compañías de seguros y compañías telefónicas, cuando marcho de vacaciones, y más si éstas son en el extranjero, donde el tramo internacional de la llamada lo paga el que recibe la llamada, activo una Lista Blanca con los teléfonos de los familiares y amigos, que son los únicos de los que aceptaré llamadas durante las vacaciones, y se acabó el problema.
Destaco el detalle de que, prácticamente la totalidad de las aplicaciones que he instalado, no requieren conectividad de datos "online" (3G).
Eso se debe, a que estando en el extranjero, el coste del roaming de los datos, que nos facturan las operadoras, puede (suele) ser de escándalo, así que prefiero llevar la información voluminosa (es decir, los mapas, diccionarios, etc, que ocupan Megabytes), ya instalada en el Smartphone, y conectarme, vía WiFi en el hotel, o en cibercafés, para acceder a aquella otra información mucho más liviana (a nivel de Kilobytes) y que, realmente, requiera acceso online a Internet  (por ejemplo, para revisar/enviar correo email, usar el Whatsapp, navegar por Internet, bajar podcasts, o escuchar radios en Internet, etc).

Espero que estos consejos, os sean útiles.

¡Bon voyage!

domingo, 16 de junio de 2013

El sueño del viajero

Desde que lo vi, hace unos ¿quince años?, siempre he pensado en lo que haría, si de forma inesperada, ganase dos millones de Euros (en aquel entonces, y como decían en el anuncio, eran 200 millones de las antiguas pesetas)


Pues lo que es yo, desde luego, y durante una buena temporada ... ¡desaparecer! (y es que hay muchos países en el mundo, que aún no conozco, y viajar sin prisa, es uno de los ideales del viajero)

¡Quien sabe! ¡Quizás en el próximo cuponazo!

;-)

domingo, 20 de enero de 2013

Senegal: pueblos y aldeas junto al río

Ahora que llegan inquietantes noticias acerca de un país (Mali), próximo a la zona en la que estuve en 2011, y en la que, hace siglos, florecieron, para luego desaparecer, los que ahora podríamos llamar, Los reinos perdidos del río Senegal, quiero recordar un par de lugares de Senegal (y de días vividos en aquel país), que incorporo a mi selecto club de "Aquellos en que mejores momentos he pasado", y que bien valieron el viaje a Senegal.
  • El primero de esos lugares, fue Podor, la tarde del 29 de septiembre del 2011.
Allí, a la sombra de un enorme árbol, junto al embarcadero en el que habíamos atracado la barca en que navegábamos por el río Senegal, disfruté de la tranquilidad de aquella calurosa y somnolienta ciudad, tomando una cerveza Gazelle, y (tal y como hace casi 40 años, cantaban  Loggins & Messina )... mirando el río correr.

Gracias al pequeño GPS que llevaba para documentar el diario de viaje, pude marcar la posición exacta de aquel punto de tan agradable recuerdo.

Tras la escala en Podor, embarcamos de nuevo, y continuamos navegando por el río Senegal, en dirección hacia su desembocadura, hasta llegar a la pequeña aldea (mi GPS marcaba la posición: 16 39 22.16N, 14 59 44.52W), en cuyos alrededores  acampamos, antes de que oscureciese.
Y así comenzó aquella ajetreada noche.
La Tormenta (lo pongo en negrita y con mayúscula, pues fue la madre de todas las que he visto y padecido).
En la oscuridad de la noche y junto a nuestras tiendas de campaña, los rebaños de vacas mugían sin parar, anunciando algo que, en esos momentos,  no supimos interpretar.
Y comenzó como una lejana tormenta seca, con impresionantes relámpagos, que iluminaban el horizonte Mauritano, al otro lado del río (el río Senegal sirve de frontera entre ambos países).
Eran (lo supe tras despertarme) alrededor de las 2 de la madrugada del 30 de septiembre, cuando La Tormenta nos alcanzó de pleno, inicialmente con un fortísimo vendaval que tiró abajo nuestras tiendas de campaña, y que venía acompañado de unos espectaculares relámpagos, tras lo cual, comenzó un pequeño diluvio, por llamarlo de alguna manera, que hizo que, estando acampados en una zona arcillosa, tuviésemos que levantar a toda prisa nuestro ya muy maltrecho campamento, pues era indispensable salir de allí, antes de que el barrizal, que comenzaba a formarse, atrapase a la vieja camioneta (que ni era, ni nunca había sido, una 4x4) en la que tendríamos que cruzar aquella llanura, para volver a la población de Podor, y alcanzar así la carretera que nos permitiese retornar a la ciudad de Saint Louis.

El largo retorno hacia Saint Louis (unos 220 Km, que detallo en ese link, y en la imagen adjunta de Google Maps).
Aunque "Google Maps - Cómo llegar" diga que en hacer ese recorrido de Podor a Saint Louis se tardan unas 2 horas y 40 minutos, en la práctica, al ser de noche, y estar la carretera en malas condiciones, empeoradas por las obras, y la fuerte lluvia, tardamos casi el doble (unas cinco horas).
Pero aquella noche-madrugada, en la oscuridad de la cabina de una vieja camioneta (oscuridad rota a menudo por el resplandor de los relámpagos), viendo al otro lado de los cristales, iluminada por los faros, la cortina de agua que nos cubría, pensando silenciosamente, mientras escuchaba con los auriculares del MP3 a Paul Desmond interpretar A taste of honey,  y a Norman Brown interpretar Better days ahead, dando, como el resto de viajeros, somnolientas cabezadas, de las que nos despertaban los botes que dábamos en los baches, alguno de los cuales, al estar llenos de agua, y con la muy escasa iluminación de los faros, el conductor no los veía a tiempo para evitarlos, nunca podré olvidarla.

  • Y es la hermosa ciudad de Saint Louis, a la que llegamos alrededor de las 8 de la mañana del 30 de septiembre, el segundo lugar incorporado a mi club, "Aquellos lugares en los que mejores momentos he pasado".
Una buena ducha, y un excelente desayuno al estilo francés, en el restaurante del hotel La Résidence, fueron las guindas de aquel delicioso pastel.

Curiosidades que ocurren en la vida: a esa ciudad -Saint Louis-, es a la que, tras aterrizar junto a las cataratas Gouina -del río Senegal-, finalmente llegan los protagonistas de la novela Cinco semanas en globo, novela que ya he citado, en algún que otro post anterior.
¡Quien me iba a decir, aquella tarde en la que, para hacer tiempo, entré por primera vez en el Bar Sovia, y descubrí que tenían unas estanterías con libros a disposición de los clientes, entre los que estaba esa obra de Julio Verne, que terminaría viajando a los lugares y países, en los que comienza (la isla de Zanzibar - Tanzania) y finaliza (ciudad de Saint Louis - Senegal) esa emocionante novela!